Tras su llegada a la dirección de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR, Fernando Sanabria anunció una serie de medidas para hacer más eficiente la distribución presupuestal de la entidad. Por ello, inició la implementación de una nueva política de austeridad, que va desde la suspensión de líneas celulares corporativas, hasta un cambio en el servicio de transporte para los directivos de la Corporación, quienes ya no contarán con vehículos de uso exclusivo, pues estos quedarán a disposición de todos los funcionarios, al igual que el vehículo que hasta ahora era para el uso exclusivo del director; con lo que se reduce el número de carros contratados por la entidad.
Con la cancelación de las líneas celulares corporativas, que estaban al servicio de los directores de cada dependencia, la entidad está haciendo un importante ahorro económico. Así mismo, fue ordenada la suspensión de las suscripciones a revistas y periódicos, con lo que se contribuye además al ahorro de papel.
De otra parte, las reuniones del equipo directivo, del cual hacen parte los delegados de las 14 regionales de la entidad en todo el territorio, se harán por video conferencia, a través de una nueva plataforma tecnológica denominada Polycom, que ya está en fase de prueba, para evitar el desplazamiento hasta la sede central en Bogotá, y con ello el pago de viáticos. También se hará uso de la tecnología para implementar la digitalización de expedientes, y así evitar el traslado de estos y gasto de papel.
Además, el nuevo director descartó hacer uso de las prebendas con las que cuenta como dirigente de la Corporación, entre ellas una cabaña ubicada en el parque Neusa, que se mantenía reservada para el uso de quien estuviera en cabeza de la entidad. Ahora, esta quedará disponible para el alquiler público, aportando así a una de las fuentes de financiamiento de la Corporación, como es la venta de bienes y servicios.
Pero además de la política de austeridad implementada al interior de la Corporación, se reducirá la inversión en aspectos que no sean misionales; es decir que se dará prioridad a las obras de mitigación del riesgo y a la recuperación de humedales y fuentes hídricas, y para el caso del río Bogotá, los esfuerzos se enfocarán en mejorar la calidad del agua, aumentando la cantidad de oxígeno disuelto para que haya vida en el afluente.
Con estas acciones, se busca que la ejecución presupuestal en este cuatrienio sea cien por ciento óptima y los recursos sean invertidos en beneficio de la protección ambiental.
23 de Enero de 2020.